El viaje a París fue algo más que un
viaje para todos mis compañeros y para mi, fueron 4 noches y 5 días
maravillosos que os voy a contar con todo lujo de detalles para que
entendáis por qué fue tan especial.
Salimos de Alanís y Cazalla sobre las
4 de la mañana y nada más llegar al aeropuerto se podía sentir el
nerviosismo de nuestros padres, el nuestro propio y sobre todo el de
las profesoras. El viaje no fue nada mal, los típicos miedos pero
nada en especial. Al llegar a Paris no nos lo creíamos...era
impresionante. Nada más llegar al hotel tras ver un poco de la
ciudad en bus nos dirigimos al metro hasta la Plaza del Trocadero
desde donde pudimos contemplar la Torre Eiffel al completo. Después
de un rato de cola conseguimos subir a la Torre y la verdad es que el
tiempo de espera mereció la pena al poder disfrutar de las vistas de
todo París. Cuando bajamos dimos un paseo por los alrededores de la
Torre Eiffel y L'Avenue Montaigue (la avenida de las tiendas de lujo)
antes de que oscureciera y nos montáramos en un barco para
disfrutar de los puentes de París. Antes de volver al hotel vimos la
Torre encendida y entendimos por qué la llaman la ciudad de la luz.
El segundo día lo empezamos algo más
cansados pero con las mismas ganas. Dedicamos toda la mañana a la
visita del Museo del Louvre y tras comer en los Jardines de las
Tuileries nos fuimos hasta el Sagrado Corazón. La subida fue grande
pero pudimos disfrutar de unas buenas vistas de París y luego
descansar y comprar recuerdos en una de las muchas cafeterías y
tiendas que hay en Montmartre. Para terminar el día fuimos hasta el
Moulein Rouge y a cenar, y por ultimo disfrutamos del ambiente del
barrio latino y conocimos la Sorbona.
El tercer día acabó con nosotros
aunque conocimos la mayoría de los monumentos y lugares más
destacados de Paris. Comenzamos por la Catedral de Notre Dame,que
visitamos por dentro y el puente de los candados. Pasamos por el
enorme ayuntamiento de París y llegamos hasta el Centro Pompidou.
Tras descansar un poco seguimos el recorrido por la Place Vendòme,
una plaza rodeada de joyerías y que cuenta con el prestigioso Hotel
Ritz. Dimos un paseo por el Jardín de las Tuileries hasta llegar a
la Place de la Concorde donde observamos el Obelisco y desde donde
comenzamos a recorrer les Champs Élysées. Por último visitamos el
Arco del Triunfo y el Arco de la Defense antes de volver al hotel
totalmente agotados. Ese día contamos con la compañía de una prima
de Elia, con la que conseguimos practicar algo de francés.
No importaba lo que hubiéramos dormido
la noche anterior, porque esa mañana nos despertábamos con la
ilusión de cuando eramos pequeños...ese día lo íbamos a pasar en
DisneyLand París. Fue un día fantástico, y a pesar de los
problemas con el espectáculo y las atracciones será uno de los
momentos más inolvidables del viaje.
El último día lo aprovechamos dando
un paseo por los alrededores del hotel, recogimos las maletas y nos
fuimos al aeropuerto..lo bueno se acababa y hasta que no llegamos a
España de nuevo no asimilamos donde habíamos estado, aunque si
teníamos claro y lo seguimos teniendo que ha sido una experiencia
entre amigos que no olvidaremos nunca.